Respuesta: Sí, tanto la luz natural como la luz artificial pueden influir directamente en nuestro reloj biológico, un sistema interno de nuestro cuerpo que regula las funciones fisiológicas en un ciclo de aproximadamente 24 horas, conocido como ritmo circadiano.
La luz natural, especialmente la luz solar, juega un papel crucial en la regulación de estos ritmos. La exposición a la luz durante el día ayuda a mantener nuestros ciclos de sueño-vigilia sincronizados con el medio ambiente. Cuando la luz solar entra en nuestros ojos, se envía una señal al núcleo supraquiasmático en el cerebro (que actúa como el reloj maestro del cuerpo) para indicar que es de día y que es tiempo de estar despierto y alerta.
Por otro lado, la luz artificial, especialmente la luz azul que emiten muchos dispositivos electrónicos, también puede afectar nuestro reloj biológico. La exposición a la luz artificial cerca de la hora de acostarse puede engañar a nuestro reloj interno haciéndole pensar que todavía es de día, lo que puede hacer más difícil conciliar el sueño y puede desencadenar una serie de problemas de salud asociados con la interrupción del sueño.
Por lo tanto, es crucial mantener una exposición saludable a la luz siguiendo el ciclo natural de día y noche para mantener nuestros ritmos circadianos sincronizados y promover un sueño saludable y un buen estado de ánimo. Algunos consejos útiles pueden ser limitar la exposición a la luz azul en la noche, por ejemplo, mediante la reducción del uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse, y asegurarse de obtener suficiente luz natural durante el día.